Muchas empresas multinacionales consideran que las ciudades con buenas conexiones de Lisboa y Oporto ofrecen la mejor base para sus actividades. Ello se refleja en la calidad del alojamiento y los servicios que aguarda al viajero de negocios: buenos hoteles de cuatro y cinco estrellas, de proporciones palaciegas (muy literalmente, en algunos casos) y de alta calidad que rivalizan con los mejores de Europa ofreciendo excelentes instalaciones de negocios y tarifas de grupo con la ventaja de un tiempo muy agradable durante todo el año.